¿Se acuerdan de la ONP?
Un artículo de Isaac Mekler en el que llama la atención de un tema sensible, pero en el que muchos miran hacia el otro lado.
ISAAC MEKLER
En el Perú existen, básicamente, dos sistema de pensiones para “asegurar” una jubilación con recursos. El público y el privado.
El sistema público, la ONP (Oficina de Normalización Previsional) es parte del Estado y explicando en sencillo cómo funciona es como si cada mes los trabajadores tiraran agua a una piscina. Nadie es, lógicamente, dueño de una parte de esa agua. Esta piscina, además, tienen un tubo que la conecta con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) para que este, según el Presupuesto de la República, le transfiera el agua necesaria para que la ONP no incumpla con sus pagos.
Al momento de la jubilación y de manera mensual, el sistema público de pensiones le entrega a cada persona que haya cumplido los requisitos exigidos, un gotero que contiene la diminuta cantidad de agua que le corresponde como jubilación.
Es decir nadie es dueño de nada y la ONP decide cuánto paga.
Pero que el pago por jubilación sea diminuto, misérrimo no es lo más grave. Lo más grave es cómo está concebido y armado el sistema. Imagino que desde alguna oficina de Róterdam en Holanda o de Ginebra en Suiza alguien envió una propuesta al gobierno peruano aconsejando un sistema previsional público. ¿Por qué creo que la propuesta de ONP vino de alguna oficina como las mencionadas? Porque se basó en un principio que está más lejos de la realidad peruana de lo que está Neptuno del sol.
La propuesta supuso que todos los peruanos trabajaban en empresas formales y estaban en planillas llenas de derechos. Y, desde ese supuesto fundacional, recomendaron exigir que el trabajador aporte, desde su planilla, durante 20 años a la ONP.
¿20 años? Sí. ¿Cuántos trabajadores pueden mantenerse en una o varias planillas durante 20 años? ¿No saben acaso que el 75% del empleo en el Perú es informal? ¿No saben que hay varios sistemas de contratación de personal que no les da derechos a los trabajadores: CAS, contrato de exportación, fuera de planilla, etc? Es un acto heroico digno de una gesta revolucionaria estar 20 años en planilla. La cantidad de trabajadores que lo logran es microscópica.
Pero, falta. El trabajador debe probar, a través de boletas de pago, que estuvo en planilla 20 años. El trabajador, el lado débil de la relación, debe conseguir las boletas de la empresa donde trabajo. ¿No sabe la ONP la cantidad de empresas que quiebran en 20 años y que desaparecen sus registros laborales? ¿No saben que el propio Estado ha eliminado empresas y que no hay ni dónde ubicarlas? ENCI, por ejemplo. La gran empresa estatal que manejaba la leche del Perú. Si trabaje allí 8 años, ¿dónde busco mis boletas?
Pero, otra vez, falta. Y esto que falta es, tal vez, lo peor. Si un trabajador aporta durante 19 años y 10 meses a la ONP no recibe nada. No recibe nada como jubilación. ¿Qué? Así es 20 años totales o la ONP se queda con todo. ¿Lindo, no? Así que si alguien, después de 19 años y 10 meses sale de la formalidad, por cualquier razón, no recibirá nada.
¿Alguien cree que esta norma fue hecha en el Perú? ¿Aun sabiendo que la economía informal es la regla en nuestro país y la economía formal la excepción?
Ahora bien ¿cómo vamos con las pensiones de jubilación que se pagan? Dan vergüenza. Después de tantos sacrificios, después de tantos años construyendo el Perú del que hoy “gozamos” los jubilados reciben pensiones de pobreza, pensiones de desnutrición, pensiones de llanto y angustia.
La propuesta es que la ONP tenga la autorización legal para invertir un porcentaje de sus ingresos de manera de tener una rentabilidad mejor para que pueda pagar pensiones dignas mientras rebajamos, paulatinamente, los años exigidos de aporte para la jubilación. Si seguimos con la teoría piscina, nunca saldremos de este sistema perverso de jubilación pobre y hambrienta.
Las AFPs dicen tener “genios” para invertir el dinero y darle enormes rentabilidades. Que la ONP contrate ese nivel de inversionistas y multiplique su dinero para mejora de cientos de miles de aportantes y cientos de miles de jubilados.
Pero, ¿por qué cuando hay algún cambio en las AFPs se arma tremendo escándalo y cuando estudiamos el desastre que es la ONP nadie habla?
Yo creo que la respuesta es sencilla. En la ONP hay, básicamente, trabajadores de sueldo mínimo o poco mas. Son invisibles. No tienen amigos ni en las redes sociales ni en la prensa. Los aportantes a las AFPs son empresarios, gerentes, grandes asalariados. Tienen amigos o manejan las redes sociales y la prensa. Hablan y los escuchan, se quejan y los atienden.
Los pobres, aún mas pobres.
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En este blog buscamos historias de éxito de peruanos desconocidos.